Estaba divagando -cada uno tiene sus vicios- sobre cosas que leo aquí y allá, en los muros de Facebook de mis amigos, en todo esto de la paz interior y las emociones… Entonces me he acordado de este cuento.
Espero que os ayude a encontrar lo que andéis buscando…
Se dice que una noche Nasrudìn se encontraba mirando hacia el suelo, dando vueltas alrededor de una farola. Un vecino que pasaba por la zona le preguntó:
– ¿Has perdido alguna cosa, Nasrudìn?
– Sí, estoy buscando mi llave -contestó.
Seguidamente el vecino se puso a buscarla con él. Después de un rato apareció una vecina, que, intrigada, les preguntó qué estaban haciendo.
– Estamos buscando la llave de Nasrudìn.
Y ella también se animó a ayudarles a encontrarla. Más tarde, otro vecino se unió a ellos y juntos buscaron y buscaron la llave de Nasrudìn.
Cansado y con ganas de irse a dormir, uno de los vecinos finalmente le preguntó:
– Nasrudìn, llevamos buscando tu llave durante varias horas… ¿Estás seguro de haberla perdido en este lugar?
Y enseguida éste negó con la cabeza.
– Entonces, ¿dónde crees que la has perdido?
Sin dudarlo, Nasrudìn respondió:
– La he perdido dentro de mi casa.
Sorprendido, otro vecino intervino en la conversación:
– Pero, ¿por qué la estamos buscando aquí?
Nasrudìn les miró muy seriamente y dijo:
– Pues porque mi casa está muy oscura y aquí hay más luz.
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